Nunca llegó a tener la importancia de la Davis, pero aun así la Copa Mundial de tenis por equipos, que se disputaba sobre el polvo de ladrillo de Düsseldorf desde hacía 33 años, se convirtió en uno de los torneos más tradicionales del circuito profesional y en un punto de referencia para los jugadores argentinos, que alzaron el trofeo en cuatro oportunidades.
Si la Davis, que se realiza oficialmente desde 1900, es junto a los Grand Slam la impronta de la ITF en el "deporte blanco", este torneo fue desde 1978 "el caballito de batalla" de la ATP en la modalidad de competencia por países. Y sin cabalgar jamás a la par de su hermana, al menos se ganó un lugar en el calendario de muchas figuras del circuito.
La historia dirá entonces que Argentina fue la última campeona, luego de que en mayo de este año el equipo conformado por Juan Mónaco, Horacio Zeballos, Eduardo Schwank y Diego Veronelli derrotara 2-1 en la final a Estados Unidos (foto).
Pero mucho más atrás en el tiempo, y probablemente con un entusiasmo mayor alrededor, otra formación albiceleste se alzó con la gloria en tierra alemana. Fue en 1980 y los protagonistas, nada menos que Guillerrmo Vilas, José Luis Clerc y Carlos Gattiker, fallecido este año como consecuencia de una esclerosis lateral amiotrófica.
Otras dos veces alcanzó el título el equipo nacional. La primera coincidió prácticamente con el nacimiento de La Legión, en 2002, aunque la lista estuviera integrada por algunos "veteranos". Ellos eran: Lucas Arnold, Gastón Etlis, Guillermo Cañas y el joven José Acasuso. En 2006, "Chucho" repitió, esta vez con Agustín Calleri y Juan Ignacio Chela como compañeros.
Dinero es el motivo por el cual habrá una alternativa menos para los jugadores que quieran representar a su país y de paso prepararse para Roland Garros, la meca del polvo de ladrillo. El principal auspiciante, la aseguradora ARAG, se retiró del torneo que respaldaba con 1,3 millones de euros (1,7 millones de dólares) y no fue posible conseguir un patrocinador de esta envergadura, explicaron los organizadores.
El director del torneo, Dietloff von Arnim, sentenció: "No podíamos asumir el riesgo financiero, el hueco en el presupuesto era demasiado grande".