David Nalbandian fue contundente a la hora de explicar la dura derrota en la segunda ronda del Abierto de Australia, ante el joven Berankis. "Cuando sacaba me mareaba un poco", detalló
Casi dos horas después de la caída en la segunda ronda del Abierto de Australia frente al lituano Richard Bernakis, el número uno del tenis argentino, David Nalbandian, acudió a la conferencia de prensa y explicó por qué no pudo terminar el partido, en el que no mostró reacción alguna tras el desgaste físico sufrido en el maratónico debut frente a Lleyton Hewitt.
El unquillense explicó que luego de las cinco horas de acción del martes se durmió "como a las cuatro y media de la mañana" y que ayer "no fue suficiente" el tiempo de recuperación para el encuentro que jugó en esta madrugada argentina.
"Cuando sacaba me mareaba un poco; eso me fue complicando cada vez más y cuando me vino a ver el médico le dije que estaba totalmente vacío. 'No es que me duele algo, me duele todo'. Estaba sin energía", comentó.
Consultado acerca de por qué esta vez no pudo sostener el ritmo, David indicó que "hay partidos y partidos". "Por ahí jugás cinco horas y el nivel de estrés no es el mismo que si jugás tres. Todos los partidos son distintos. Jugar de noche te beneficia para algunas cosas, como el calor, y te quita otras, como el descanso, porque te saca horas de sueño", aseveró.
Casi dos horas después de la caída en la segunda ronda del Abierto de Australia frente al lituano Richard Bernakis, el número uno del tenis argentino, David Nalbandian, acudió a la conferencia de prensa y explicó por qué no pudo terminar el partido, en el que no mostró reacción alguna tras el desgaste físico sufrido en el maratónico debut frente a Lleyton Hewitt.
El unquillense explicó que luego de las cinco horas de acción del martes se durmió "como a las cuatro y media de la mañana" y que ayer "no fue suficiente" el tiempo de recuperación para el encuentro que jugó en esta madrugada argentina.
"Cuando sacaba me mareaba un poco; eso me fue complicando cada vez más y cuando me vino a ver el médico le dije que estaba totalmente vacío. 'No es que me duele algo, me duele todo'. Estaba sin energía", comentó.
Consultado acerca de por qué esta vez no pudo sostener el ritmo, David indicó que "hay partidos y partidos". "Por ahí jugás cinco horas y el nivel de estrés no es el mismo que si jugás tres. Todos los partidos son distintos. Jugar de noche te beneficia para algunas cosas, como el calor, y te quita otras, como el descanso, porque te saca horas de sueño", aseveró.